jueves, 1 de agosto de 2013

Un poco de historia y cultura…. Interesante!!!

EL ATARDECER DE NELSON MANDELA

Esta es la historia de un gran ídolo de la humanidad, que nació para reivindicar los derechos de su población; pero también la del hombre sensato que superó el dolor del encierro y se reconcilió con su enemigo  por una causa: la libertad de Sudáfrica.

Hace 20 años Sudáfrica era un país completamente distinto al que es ahora. Su historia estaba marcada por la discriminación racial, la injusticia, la desconfianza, la violencia, el abuso de poder y la falta de oportunidades. Transformarlo parecía una utopía. Entonces, en medio de ese desalentador escenario lleno de silencio y resignación se oyó la voz de Nelson Mandela, un hombre leyendario nacido el 18 de Julio de 1918, que se ganó el cariño del  mundo por dedicar su vida a sanar y reconstruir un pueblo entero. Un ser humano que encabeza la lista de los grandes líderes y visionarios del siglo XX junto a Mahatma Gandhi, pensador político indio, creador del movimiento de resistencia pacifica; y Martin Luther King, activista y defensor de los derechos de los afroamericanos.

Hoy, Madiba o Tata, como lo conocen en su tribu, nativa de la ciudad de Mvezo (Sudáfrica), es exaltado por esa sabia manera de enfrentar las adversidades. “La muerte –dijo hace algunos años presintiendo su fallecimiento- es algo inevitable. Cuando un hombre ha hecho su deber  para con su pueblo y su país, puede descansar en paz. Creo que he hecho ese esfuerzo y que, por lo tanto dormiré por toda la eternidad”.

Una revolución pacífica
El papel político de Mandela cobró relevancia mucho antes de que se convirtiera en el primer presidente democráticamente elegido en Sudáfrica, mandato que ocupó entre 1994 y 1999. Mientras estudiaba en el Colegio Universitario de Fort Hare  hizo parte del Consejo de Representantes Estudiantiles y lideró varias huelgas. Unos años más tarde, en  1942, se graduó como abogado de la Universidad de Witwatersrand. Luego, a los 26 años, fundó junto con otros líderes de la liga juvenil del Congreso Nacional Africano. Desde allí lanzó una campaña masiva de desobediencia civil contra las leyes injustas que promulgaba  el Apartheid, un fenómeno de segregación racial abanderado por los blancos de origen holandés, también conocidos como los afrikáners.

Su lucha contra la discriminación lo llevó a comandar el movimiento armado del Congreso Nacional Africano (ANC), Unkhonto we Sizwe –que en español significa Punta de Lanza de la Nación-. El   5 de Agosto de 1962 fue detenido por salir ilegalmente del país y por incitación a la huelga. Dos años más tarde fue condenado a cadena perpetua y enviado a los calabozos de Robben Island.

Mandela permaneció encerrado en una celda mínima, aislado de su familia y sometido a trabajos forzosos durante 27 años. Paradójicamente, en medio de este cautiverio, se dedicó a estudiar y a replantear el camino para lograr la liberación de su país. En ese silencioso lugar modificó sus convicciones, reconociendo que una lucha ausente de violencia era la única salida. Se dijo: “Si quieres hacer las paces con tu enemigo, tienes que trabajar con tu enemigo. Entonces él se vuelve tu compañero”.


Tomado de Revista Semana Junior. Edición Julio de 2013.

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