DECÁLOGO DEL BUEN
ESTUDIANTE
- No estudies para la clase, sino para la vida: Si apruebas sin saber… te encontrarás sin cimientos.
- Sé constante en el estudio: La gota de agua perfora la roca. Vence la desgana inicial, es el peor momento. Arranca, lo demás es fácil.
- Descansa lo necesario para poder estudiar con energía: Controla tu sueño, tu diversión y tu deporte.
- Confía en tus profesores: No tengas en cuenta solo la voz de sus palabras, sino la fuerza de sus razones. Sé educad@, cortes, sumis@... Pero busca también las razones de las cosas.
- No dejes materia atrasada. Ve al día en las lecciones: Cuando amontonamos mucha materia, perdemos pronto el interés. Paso a paso, sin detenerse nunca, se llega muy lejos. Estudia con regularidad, no a golpes.
- Pregunta cuando no entiendas, con el fin de aclarar dudas: Pregunta con sencillez. Creer que se sabe todo es cosa de “necios, orgullosos, y sobre todo, ignorantes.
- Arranca de raíz la antipatía a ciertas asignaturas: Hay asignaturas que “no te entran” porque no te gustan. No es buen método de estudio “rodear las montañas”, hay que “subirlas”.
- Amplía tus conocimientos con lecturas complementarias: No seas esclav@ del texto. Busca lecturas que lo completen. Busca libros y lee…
- Evita preocupaciones que absorban totalmente la atención: No se puede vivir dividido, cerebro y corazón siempre marchan juntos… hay almas apagadas, distraídas, incapaces del esfuerzo.
- El estudio tiene que ocupar un lugar importante en tu vida de estudiante: El esfuerzo por cumplir con tu deber no quedará sin recompensa.
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