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Querido hijo: estás despedido

Jordi Sierra i Fabra. 

¿Puede una madre despedir a su hijo? Pues eso es lo que le ha ocurrido a Miguel por desordenado, por travieso, por desobediente. Transcurrido el plazo de los treinta días que le han dado, debe abandonar la casa.

La obra refleja un caso muy común en nuestros días y es la desobediencia de los hijos con los padres; muchas veces pensamos que desobedecer no significa nada, pero debemos pensar en lo que sienten nuestros padres con ese tipo de comportamiento y más aún valorar todo lo bueno y los sacrificios que ellos hacen por nosotros, de lo contrario a algunos les sucederá lo que pasó a Miguel: Lo despidieron de la casa.